Para una muestra de gratitud, unas flores….

Ayer me encontré en la calle a una amiga de juventud. No me sorprendió encontrarla, lo que me sorprendió fue lo que me dijo. Me dijo que recordaba muy pocas cosas de mi, que de hecho me recordaba como un hombre solo. Ya no puse atención a la conversación, una cascada de recuerdos me invadió. De un mazazo vinieron a mi los recuerdos de cuando nos conocimos, realmente no eramos muy amigos. Coincidíamos en casa de unos familiares de ella. Yo, en mi juventud era un tipo muy prudente y por mi propia naturaleza era muy susceptible de meterme en líos con «niñas». Era como los personajes de las novelas de Césare Pavese, donde siempre una mujer echaba a perder la amistad entre los personajes. Yo, era uno de esos personajes. Al fin que eran romanos. Como la madre de mis amigos era muy dura me portaba lo más serio posible. Muy difícilmente platicábamos o nos saludábamos porque los dos íbamos como visitas. Recordé todo ese tiempo que invertía en ir a su provincia donde había pastizales, bosques y mucha tranquilidad y un panteón. El pueblo era la provincia de su tía. No había prometido llevar flores a ese lugar, pero hace algún tiempo le pedí a esa amiga que me acompañara. Hasta ahora que hablamos y ella trató de aclarar mi petición: Simplemente tenía que llevar esas flores a la tumba como un gesto de un bello recuerdo y gratitud. La vida pasa como un respiro lo que vayas a hacer, hazlo ahora.

Hazlo «Ahora» o será tarde. Facundo Cabral.

Deja un comentario